
Una desolada Erika Kirk promete que ‘el movimiento que levantó mi esposo no morirá’
Una desolada Erika Kirk promete que ‘el movimiento que levantó mi esposo no morirá’ En un apasionado discu...
Una desolada Erika Kirk promete que ‘el movimiento que levantó mi esposo no morirá’
En un apasionado discurso dos días después de que su marido fuera asesinado en un campus universitario en Utah, Erika Kirk prometió continuar la misión de su marido en Turning Point USA y difundir el Evangelio para “llenar el Cielo”.
Entre lágrimas, la viuda de Charlie Kirk dijo que cuando regresó a casa, su hija, Gigi, le preguntó: "¿Dónde está papá?". "¿Qué le dices a una niña de 3 años? Tiene 3 años", dijo con tristeza. "Le dije: 'Cariño, papá te quiere mucho. No te preocupes. Está de viaje de trabajo con Jesús".
Aunque el plan del tirador (ya detenido) fue pura maldad, Erika Kirk afirmó que pese a que ella y todos los que amaban a su esposo están desconsolados, sabe que Dios usará esta tragedia para bien.
“Honestamente, no tengo ni idea de qué significa todo esto. Sé que Dios sí, pero yo no. Pero Charlie, cariño, sé que tú también. Nuestro mundo está lleno de maldad, pero nuestro Dios, chicos, nuestro Dios es tan bueno. Dios es increíblemente bueno. Y sabemos que para quienes aman a Dios, todas las cosas obran para bien, para quienes son llamados conforme a su propósito.
Y advirtió a los “malhechores responsables del asesinato de mi marido” que han desatado un movimiento que impulsará la misión de su marido.
“Mataron a Charlie porque predicaba un mensaje de patriotismo, de fe y del amor misericordioso de Dios. Todos deberían saber esto: si antes creían que la misión de mi esposo era poderosa, no tienen idea”, declaró. “El llanto de esta viuda resonará en todo el mundo como un grito de guerra para todos los que nos escuchan esta noche en Estados Unidos. El movimiento que mi esposo construyó no morirá. No morirá. Me niego a permitir que eso suceda. No morirá”.
Como fundador de TPUSA, Charlie Kirk jugó un papel fundamental a la hora de conseguir el apoyo para el presidente Donald Trump entre los votantes jóvenes, y más recientemente fue el anfitrión de la Cumbre de Pastores Faith Forward de TPUSA en Los Ángeles para movilizar a los líderes cristianos a mantenerse firmes contra la creciente marea anticristiana en la sociedad.
Al igual que muchos pastores que compartieron esta semana que, si bien su esposo era conocido por movilizar a los jóvenes para que votaran y contribuyeran a la sociedad, Erika Kirk dijo que el mensaje que más priorizaba Charlie era el del Jesús resucitado. "En una de las últimas conversaciones que tuvo en esta tierra, mi esposo dio testimonio de su Señor y Salvador, Jesucristo. Ahora y por toda la eternidad, estará al lado de su Salvador con la gloriosa corona de mártir".
El activismo de su esposo, expuso, se debía al amor por su país y su futuro, dijo. “Charlie quería especialmente ver a los estadounidenses prosperar en sus vidas casándose, teniendo hijos y, lo más importante, teniendo una relación con Dios”, añadió.
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“Charlie siempre creyó en el diseño de Dios para el matrimonio y la familia”, dijo. “Fue la mayor alegría de su vida. Y una y otra vez, les decía a todos estos jóvenes que vinieran a buscar a su futura esposa, a convertirse en esposas, esposos y padres. Y la razón era que quería que todos experimentaran lo que él tuvo y aún tiene. Quería que todos trajeran el Cielo a esta Tierra a través del amor y la alegría que proviene de criar una familia. Es hermoso”.
Al compartir el versículo bíblico favorito de su difunto esposo, Efesios 5:25, que dice: «Maridos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella», añadió: «Mi esposo dio su vida por mí, por nuestra nación y por nuestros hijos. Demostró el amor de pacto más profundo y verdadero. Nunca tendré palabras para describir la pérdida que siento en mi corazón».
Después de alentar a los estudiantes de secundaria y universitarios a involucrarse en un capítulo de TPUSA o comenzar uno propio, instó a los estadounidenses de todas las edades a comenzar o renovar su relación con Dios, enfatizando que nadie es demasiado joven o demasiado viejo para entregar su vida a Cristo. “Nuestra batalla no es solo política; es, sobre todo, espiritual. … La guerra espiritual es palpable”.